sábado, 1 de septiembre de 2012

fuente: http://filosofiavegana.blogspot.com.es/2011/08/situando-una-cuestion-en-sus-justos.html

Situando una cuestión en sus justos términos

Hace unos meses, fue publicado en muchos medios de comunicación el caso de unos padres que al parecer eran veganos, y que después se tuvo conocimiento de que practicaban terapias fraudulentas, a los que se les murió un hijo por culpa de su negligencia. En ese momento la noticia fue utilizada para atacar el veganismo, como práctica, y tacharlo de fanatismo peligroso en diversos periódicos, mesas de debate, telediarios...
Del mismo modo podríamos usar la reciente noticia de que unos padres, que profesan la doctrina cristiana, han sido detenidos y acusados de negligencia por dedicarse a rezar en lugar de aplicar un tratamiento médico para su hijo enfermo. ¿Por qué no usar esta noticia de la misma forma para desacreditar el cristianismo?
Alguien podría alegar que unos padres irresponsables no son representantes de una determinada doctrina, sino que simplemente son eso, irresponsables, entre otras cosas.
Pero considero que hay una diferencia sustancial, y muy importante, entre ambos casos. En el primero caso el veganismo no tuvo nada que ver con la causa de lo sucedido, mientras que en el segundo, la ideología de los padres sí que tiene, al menos, gran parte de responsabilidad.
Aquel otro suceso, que señalaba al principio, no tuvo relación con el veganismo. El hecho de que los padres fueran veganos era puramente tangencial al hecho de que practicaran terapias pseudocientíficas (y no tuvieran conocimientos cabales de nutrición). No existe relación entre ambas cosas. Como tampoco existe entre el veganismo y la irresponsabilidad o la irracionalidad.
El veganismo es una filosofía ética racional que rechaza la explotación y afirma que los seres sintientes deben ser respetados como personas, y aplica esos valores en la práctica evitando participar en la explotación de los animales. y escogiendo alternativas que no impliquen explotar a nadie. Todo esto es perfectamente compatible con la razón y la ciencia.
El veganismo como práctica es perfectamente realizable y no causa problemas de salud. Está demostrado científicamente que una alimentación vegana, siempre que sea llevada con un mínimo de responsabilidad, es apta para todas las edades de la vida.
Es por esto que el veganismo, tanto como ideal o como práctica, no tuvo nada que ver con la razón por la que unos padres causaran la muerte de su hijo por negligencia. Sólo tuvo que ver con su falta de conocimiento sobre nutrición y su confusión irracional acerca de como llevar una vida saludable.
En cambio, en este último caso el hecho de que los padres sean religiosos y cristianos sí tiene mucho que ver con lo que ha sucedido con su hijo. La religión cristiana, como toda religión, promueve la irracionalidad, y además afirma que, pase lo que pase, debes confiar en un ser sobrenatural llamado Dios y acatar su voluntad, puesto que siendo todopoderoso y omnisciente nada puede suceder que no sea voluntad suya. Para lograr sus favores lo único que está a nuestro alcance es rogarle mediante rezos que se apiade de nosotros. Así que esto que ha ocurrido sí es por causa de que los padres hayan adoptado determinada doctrina.

La religión no sólo mata la racionalidad sino también las vidas de muchísimas personas. Mientras que, en oposición, el veganismo salva vidas, evitando que los animales sean explotados y proporcionando una filosofía y un estilo de vida sano, tanto mental (racional) como físico, para quienes lo adoptan de forma responsable.
Me gustaría finalizar con un breve documental sobre padres veganos que crían a sus hijos de acuerdo con el veganismo y en donde se puede comprobar. El veganismo es posible, no implica daño para nuestra vida y nuestra salud, y, además, es la única opción moralmente justa, por respeto a todos los animales.

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